En el sur de Bogogá también se vieron las marchas con cerca de 2.000 manifestantes que partieron de algunos de los barrios populares de seis localidades de la ciudad.
Desde antes de las 7 am se empezaron a vislumbrar las personas que llegaban al punto de encuentro en la Plaza Central de Bosa. El recorrido inició hacia las 8:45 de la mañana donde jóvenes de organizaciones sociales, trabajadores, desempleados, madres comunitarias, mujeres feministas, anarquistas, libertarias, estudiantes universitarios y de secundaria y gente de los barrios en general se dirigían al encuentro con la gente que salía de la localidad de Kennedy para unirse y avanzar hacia el centro de la capital.
A lo largo del camino se hacía presente policía motorizada que rondaba permanentemente a las personas manifestantes, no obstante, al inicio de la marcha se encontraba un camión con artistas que iban ambientando el camino con su música. Su medio de expresión fue a través de arengas con alto contenido contestatario y con pintadas en la calle (iglesias y bancos principalmente). De la misma forma, repartían a los trabajadores y transeúntes comunicados haciendo referencia a la celebración del Día del Trabajo. A la altura de la Calle 22 con Avenida Caracas se encontraron las marchas que prepararon su transcurso desde el sur, las localidades fueron Bosa, Kennedy, Usme, San Cristóbal, Ciudad Bolívar y Tunjuelito. Allí, con el Escuadrón Móvil Anti Disturbios (ESMAD) asomándose de vez en cuando y ya sumando unas 2.000 personas desde comunistas, hasta animalistas y cristianos, se acercaban cada vez más al centro de la ciudad. La constante más común de esta marcha, un poco divergente de la que año tras año se presenta por la Carrera Séptima, es que reivindicaban el Movimiento Popular y denunciaban la exclusión social que se vive en el sur. Fue una marcha bastante juvenil en su gran parte, tenían como bandera de protesta el reproche a la Ley del Primer Empleo, la precarización laboral, la Ley 30, el Plan Nacional de Desarrollo y en general a toda la coyuntura gubernamental santista, además de afirmar sus ideales revolucionarios.
Ya venía el entorno un poco denso por los insultos, los rayones en los buses y estaciones de Transmilenio, los enfrentamientos verbales con la Policía y una que otra calentura que varias personas que querían continuar con el objetivo de la jornada intentaron intervenir. Luego de subir desde la Carrera Décima por la Avenida Jiménez hacia la Carrera Séptima, la presencia del ESMAD se hizo mucho más notoria y ya se entreveía lo que había sucedido antes de que los sureños llegaran, el ambiente se tornaba incómodo por el gas lacrimógeno lanzado por la Fuerza Pública.
Sin embargo, la alegría que transmitía el rostro de las personas que llevaban caminando casi ocho horas no se hizo esperar; paradójicamente, fue la lucha del movimiento obrero por las ocho horas laborales, las ocho horas de sueño y las ocho horas para la casa las que dieron origen al 1 de Mayo al ser asesinados los sindicalistas anarquistas estadounidenses en 1886. A pesar de algunos desmanes intentando llegar al punto final (acontecimientos pequeños comparando lo sucedido en la marcha que la precedió), lo último que se dijo luego de la llegada a la Plaza de Bolívar pasadas las 3 pm fue: «Desde el Sur y con la gente, Primero de Mayo combatiente».
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